Dos siglos antes de nuestra era, la península Ibérica
era un conjunto de pueblos celtiberos desconectados unos de otros y con un
considerable retraso cultural con respecto al resto de pueblos mediterráneos (sobre
todo los celtas del norte que ni mediterráneos eran).
Los cartagineses ya habían ido posicionando en las costas de
levante sus colonias o puertos estratégicos para facilitar la explotación y el
comercio de los recursos agrícolas y mineros. Pero, estaba por llegar la que sería
la verdadera conquistadora de la totalidad de la península: Roma.
Roma, ciudad fundada entre colinas que llegó a dominar
la mayor parte del mundo conocido a lo largo de más de mil años, fue el primer
gran pueblo que conquistó la totalidad de lo que a partir de entonces pasó a
denominarse Hispania.
No nos vamos a
detener a analizar todas las aportaciones, que fueron muchas, o todo lo
extraído por los romanos de los campos y minas peninsulares, que también fue
mucho. Vamos a detenernos en sus ciudades y en especial en una que por su situación
requirió mucho ingenio e ingeniería y
que por lo bien conservados que nos han llegado muchos de sus restos es quizás la más representativa del las ciudades
romanas en Hispania: Emerita Augusta (la actual Merida).
Para este trabajo debéis descargaros el siguiente archivo pdf (os recomiendo que lo convirtáis en Word) y contestar a las preguntas que se os plantea y cuyas respuestas podréis encontrar en los dos vídeos siguientes.
Ahora que ya conocéis lo más importante de lo que nos ha quedado de Emerita Augusta, en este vídeo podéis ver una recreación en 3D de cómo fue hace 2000 años.
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